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jueves, 26 de marzo de 2015

El Fin de La Ley

Mandamientos de Ley de Dios

Mandamientos de La Ley de Dios
En el estudio de las Escrituras es importante entender que la revelación divina se divide en períodos bien definidos. Estos están claramente separados, y la identificación de estas divisiones y sus propósitos constituye uno de los factores más importantes para interpretar acertadamente las Escrituras. Estas divisiones se conocen como dispensaciones, en cuyos períodos de tiempo sucesivos se pueden observar diferentes características.


Una dispensación puede definirse como una etapa en la revelación progresiva que Dios desea manifestar al hombre, y constituye una administración, economía o regla de vida distintiva. Aunque el concepto de una dispensación y de una época en la Biblia no es precisamente la misma, es obvio que cada período tiene su dispensación. Las épocas se mencionan a menudo en la Biblia (Ef.2:7; 3:5, 9; He. 1:1-2), haciendo distinción entre ellas (Jn. 1:17; cf. Mt. 5:21-22; 2 Co. 3:11; He. 7:11-12).


Cada dispensación comienza, por lo tanto, con el hombre divinamente establecido en una nueva posición de privilegio y responsabilidad, y termina con el fracaso humano que trae como consecuencia la manifestación del justo juicio de Dios. Si bien es cierto que existen algunos hechos, tales como el carácter santo de Dios, que permanecen invariables a través de cada edad, no obstante existen al mismo tiempo diferentes instrucciones y responsabilidades que, en cuanto a su aplicación, se limitan a determinado período.

Debido a la imperfección de las traducciones, algunas verdades importantes se hallan ocultas para el que lee solamente el texto corriente de la Biblia. Por ejemplo, la palabra griega aion, que significa una «edad» o dispensación, se traduce «mundo» en unas cuarenta ocasiones. Por ejemplo, cuando se dice en Mateo 28:20 «hasta el fin del mundo», la referencia no es al fin del mundo material, lo que a su debido tiempo tomará lugar (2 P. 3:7; Ap. 20:11; Is. 66:22), sino más bien al fin de esta edad. El fin del mundo no se acerca, sino el fin de la presente edad. Las Escrituras presentan siete grandes dispensaciones (sin contar con la octava [o primera] dispensación de la eternidad), y es evidente que nosotros estamos viviendo el fin de la sexta de ellas. La edad del reino milenial (Ap. 20:4, 6) está todavía por venir.

Una dispensación se caracteriza por las nuevas responsabilidades que Dios le señala al hombre al principio de ella y por los juicios divinos con que la misma termina. Las siete dispensaciones son las siguientes:

 1 Inocencia
 2 Conciencia
 3 Independencia
 4 Promesa
 5 Ley
 6 Gracia
 7 Reino


¿Qué es La Dispensacion de La ley?


La dispensación de la ley comienza en Éxodo 19:3 y se extiende a través de todo el período hasta el día de Pentecostés en Hechos 2, aunque, en un sentido más cierto y perfecto, la ley finalizó en el momento mismo que Jesús pronunció la sentencia “consumado está” en la cruz. Ciertas porciones de los evangelios anticiparon, sin embargo, la presente era de la gracia.

La ley mosaica fue dirigida solamente a Israel, y los gentiles no eran juzgados por sus normas. La ley contenía un detallado sistema de obras, incluidas tres principales divisiones: los mandamientos (la voluntad expresada de Dios, Ex. 20: 1-26); los juicios (la vida social y civil de Israel, Ex. 21: 1 - 24: 11); y las ordenanzas (la vida religiosa de Israel, Ex. 24: 12 - 31: 18). El sistema de sacrificios y del sacerdocio que fue incluido era tanto legal como de gracia. El gobierno en esta dispensación era una teocracia, un gobierno por medio de Dios a través de sus jueces y profetas, sacerdotes y (más tarde) reyes. Esta dispensación está demarcada por el llamado pacto mosaico, el cual fue también de carácter temporal, en vigencia sólo hasta que Cristo viniese (Gá. 3:24-25). La naturaleza de la dispensación era condicional, esto es, toda bendición estaba condicionada a la obediencia.

Por primera vez en la historia de la humanidad, la Escritura revela un completo y detallado sistema religioso bajo la ley, proveyó el terreno para la limpieza y el perdón, la adoración, y oración, y ofreció una esperanza futura.

Bajo la ley hubo constante fracaso. Esto es evidente especialmente en el período de los jueces, pero siguió hasta después de la muerte de Salomón y la división del reino de Israel en dos reinos. Hubo períodos cuando la ley fue completamente olvidada e ignorada y la idolatría reinaba en forma suprema. El texto del Nuevo Pacto continúa el registro de fracasos, que culmina en el rechazo y crucifixión de Cristo, quien en su vida guardó la ley en forma perfecta.

Tal como se describe en Dt. 28.1 – 30.20, durante la dispensación de la ley fueron infringidos muchos juicios, siendo los mayores los del cautiverio bajo Asiria y Babilonia, de los cuales retornaron en el tiempo debido. Los juicios de Israel también vinieron después del término de esta dispensación e incluyeron la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.; la dispersión mundial de Israel, y el aún por venir “tiempo de angustia de Jacob” la gran tribulación (Jer. 30:1-11; Dn. 12:1; Mt. 24:22).

Bajo la ley, sin embargo, también era administrada la gracia divina en aquel sistema de sacrificios que fue provisto como una vía de restauración para el pecaminoso Israel, y el Dios paciente se manifiesta en la provisión de profetas, jueces y reyes y en la preservación del pueblo del cual había de nacer el Mesías. En repetidas ocasiones el arrepentimiento de Israel fue aceptado por Dios, y a través de este período fue escrito el Antiguo Testamento. La bendición coronadora fue la venida de Cristo como el Mesías de Israel, a quien la nación entera rechazó a causa del endurecimiento sufrido de parte de Dios.


¿Cuándo Finaliza La Ley?



Final de La LeyEn un sentido la dispensación de la ley terminó en la cruz (Ro. 10:4; 2 Co. 3:11-14; Gá. 3:19, 25). En otro sentido no concluyó hasta el día de Pentecostés, cuando comenzó la dispensación de la gracia. Aunque la ley finalizó como una regla específica de vida, continúa siendo una revelación de la justicia de Dios y puede ser estudiada con provecho por los cristianos para determinar el carácter santo de Dios. Los principios morales que resaltan la ley continúan, puesto que Dios no cambia; pero los creyentes hoy día no están obligados a guardar los detalles de la ley, dado que la dispensación ha cambiado y la regla de vida dada a Israel no es la regla de vida para la iglesia. A pesar de ello, pueden hacerse varias aplicaciones de la ley, aunque una interpretación estricta sólo relaciona a la ley mosaica con Israel.

El propósito de la ley era proveer una regla justa de vida y traer el pecado a condenación. La experiencia de Israel bajo la ley demostró que la ley moral, cívica y religiosa no puede salvar o santificar. La ley nunca fue propuesta para proveer la salvación para el hombre, ya sea mientras estaba en vigencia o después, y por medio de su naturaleza era débil, por cuanto no podía justificar (Ro. 3:20; Gá. 2:16); no podía santificar o perfeccionar (He. 7: 18-19); estaba limitada en su vigencia y duración (Gá. 3:19); no podía regenerar (Gá. 3:21-22), y sólo podía hacer manifiesto el pecado (Ro. 7: 5-9; 8:3; 1 Co. 15:56). La ley hizo posible que Dios demostrara que todos eran culpables y que toda boca calló (Ro. 3:19), e hizo evidente la necesidad de Cristo (Ro. 7:7-25; Gá.3:21-27).

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